martes, 15 de diciembre de 2009

Una pequeña dedicatoria a un gran director.


Un viejo refunfuñón. No hace alarde de lo logrado, de una extensa y sólida filmografía. Se le conoce por su cinismo. En sus films predomina la comedia aunque también hizo alguna película dramática y un musical del que no parece muy satisfecho.

Está retirado y su trabajo actual es ser quién es. Recibe cartas, llamadas, saludos, aclamaciones… mientras él evita a sus seguidores y fans.

A pesar de su vejez, baja las escaleras de su vivienda de una en una todos los días, lo prefiere. Teme quedar encerrado en el ascensor.

No hace alarde de sus películas ni de los personajes célebres de la época que conoció. Lubitch su referencia, Braccet su compañero de guión. Reconoce sus mejores y peores películas aunque prefiere hablar de las primeras. Conoció y trabajó con Audreu Hepbur y Marilyn Monroe. De Audreu dice que era una chica menuda, que pasaba desapercibida, pero que cuando se subía a la escena arreglada podía arrebatar el sentido a cualquiera. Era una buena profesional. Con Marilyn parece que sus relaciones no eran muy buenas, llegaba siempre tarde al estudio, tenía una gran inestabilidad emocional, lloraba si no le salía bien una escena, le gustaba estar rodeada de fans y lucir trajes escotados o que mostraran.

El genio nace, no se hace, de ahí el origen de sus genialidades. Como guionista, en un cuaderno iba incluyendo las escenas que le gustaría ir haciendo y luego incluirlas en aquellas películas en las que él veía que podrían encajar.

Fue primero periodista, luego guionista. Como guionista no tenía acceso al rodaje de la historia que él había escrito, y pasaba que muchas veces no estaba de acuerdo, de ahí que finalmente acabara siendo director.

No siempre podía disponer de los actores y actrices que deseaba para su película ya que estaban sujetos a contratos con otras compañías. Defiende que la elección adecuada de estos era fundamental para que la película tuviera éxito o no. Un detalle, únicamente se sintió atraído por las grandes actrices a través de la cámara.

Defiende la comedia ante el drama, siempre más valorado. Lo serio se galardona mientras que hacer reír no, a pesar de ser una de las cosas más difíciles de hacer. Un detalle técnico: es muy importante hacer un seguimiento del ritmo, el dejar tiempo al espectador para que suelte su carcajada.

Le gusta ser sutil, que el espectador sea absorbido por la película, ‘colarle’ los puntos clave sin que se dé cuenta el propio espectador para que así le espere un final sorprendente.

No le gusta no ser repetitivo, una misma cosa se puede expresar por imágenes de varias formas. Con una única frase, logró dar a conocer al espectador la vida pasada y presente del personaje.

No era un director que le gustara arriesgar en las tomas. Todas ellas eran sencillas. Sólo una única vez hizo un plano picado desde abajo, y quedó bien.

¿De quién estoy hablando?

Hablo del Señor Billy Wilder, uno de los cineastas más conocidos durante la época dorada de Hollywood.

Billy, que actualmente tiene 95 años y vive en EEUU con su mujer Audreu, de la que se enamoró cuando vió su brazo a través de un plano de una secuencia (era una extra).

martes, 8 de diciembre de 2009

'El Secreto de Sus Ojos'


Espósito no entiende cómo Pablo e Irene han podido vivir con el mismo vacío con el que él ha vivido durante los últimos veinticinco años. Decide escribir un libro que plasme donde todo comenzó y descubre las razones por las que ellos han podido sobrevivir.

Se trata de una película viva, que puede causar cierta claustrofobia por la abundancia de planos muy cortos en los que predomina el contraste nítido-borroso. Quizás Juan José Campanella eligió esa técnica para dar el total protagonismo a Ricardo Darín, Soledad Villamil, Pablo Rago y Javier Godino.

Se trata de personajes complejos que se revuelven sobre ellos mismos y que provocan que este filme se pueda tildar de 'psicológico', tintes dramáticos se mezclan magistralmente con otros cómicos. Predominan las escenas lentas, las miradas de un personaje a otro de las que hay que intentar deducir su historia.

Como relato policiaco flaquean algunos puntos como por ejemplo, el hecho de que al asesino se le identifique fácilmente (por un álbum de fotos antiguo, en él miraba en todas las fotografías a la víctima), parece algo inverosímil que encuentren al asesino en un enorme campo de fútbol... Digamos que son 'permisos' que se ceden al director para poder plasmar lo que verdaderamente importa, los personajes.

De vez en cuando, se lanzan imágenes rápidas que romen la historia (deja de ser lineal) pero que hilarán a posteriori. Abunda el flashback de veinticinco años atrás y adelante, en donde quizás se eche de menos a Darín un poco más caracterizado -las pocas canas no fueron suficientes y podía llevar al despiste al espectador-. Esto hace que la película sea todo un rompecabezas cuyas piezas hay que ir uniendo y encajando cuando uno sale conversando de la sala.

Para terminar, destacar la magnífica interpretación de algunas escenas que me hicieron reir (cuando el juez reprende a Espósito o cuando Sandoval responde al teléfono del bufet de abogados y responde cualquier tontería) y otras que me dejaron absorta, tensa y me impresionaron (cuando Irene provoca al asesino para que confiese).

... Y no podía faltar un final sorprendente e inesperado.

Aquí os dejo un link del trailer